
Fósiles, en busca de los restos del pasado.
Muchas veces escuchamos que en algún lugar de nuestro planeta, ha aparecido algún hueso fósil, un tronco petrificado y hasta un gran mamut congelado dentro de un iceberg. Estos testimonios de la vida que existió en el pasado son los fósiles. Todo lo que sabemos sobre la existencia de los dinosaurios se lo debemos a la aparición de estos restos fosilizados.
¿Qué es un fósil?
Los fósiles son restos de seres vivos que murieron en el pasado remoto, quedaron atrapados en las rocas y sufrieron una petrificación. Así, un «hueso» de dinosaurio no es en realidad un hueso, sino una roca sólida.
La mayoría de los dinosaurios no dieron lugar a fósiles, y gran parte de los fósiles que se formaron han sido destruidos por procesos geológicos naturales. Esto hace que sean hallazgos raros y valiosos.

Cómo se formaron los fósiles.
Además de los dinosaurios, muchos otros seres vivos han dejado fósiles: insectos y otros animales, plantas e incluso bacterias. Las partes más duras (huesos, dientes, cuernos, garras, conchas, corteza, madera, semillas y piñas) perduran más tiempo y tienen más posibilidades de conservarse. Las criaturas acuáticas, como los moluscos ammonites, podían quedar cubiertas por el lodo y fosilizar con más facilidad que los animales terrestres.
De hueso a piedra.
La fosilización depende de toda una serie de procesos poco frecuentes. El ser vivo en cuestión, un dinosaurio por ejemplo, no debe ser devorado totalmente por los carroñeros ni sufrir una descomposición total. Los restos deben quedar cubiertos de sedimentos, de partículas de pequeño tamaño como lodo, cieno o arena. A continuación esas partículas deben ser aplastadas y cementadas por minerales y transformarse en roca sólida, lo que atrapará y conservará los restos.
- El dinosaurio es arrastrado por la crecida de un río y queda rápidamente enterrado por el lodo.
- Unos años después, sólo quedan los huesos bajo nuevas capas de sedimentos que van superponiéndose.
- Decenas de millones de años después, las capas de sedimentos se han movido y se han convertido en roca, los huesos se han mineralizado y se han fosilizado.
- Con el paso del tiempo los sedimentos se fracturan y empiezan a erosionarse.
- La roca llega a erosionarse tanto que los fósiles llegan a la superficie. Los paleontólogos los están recuperando laboriosamente.

Una conservación perfecta.
El ámbar es una sustancia de tonalidad amarillenta empleada en joyería. Es la resina fosilizada de un árbol prehistórico similar a un pino, secretada por la corteza del árbol para protegerse de los daños causados por los insectos chupadores de savia o las enfermedades.
En algunos casos, la espesa resina atrapó animales pequeños como moscas, abejas o ácaros, e incluso ranas o ratones. La lenta fosilización permitió conservar todos los detalles de los animales atrapados.
Distintos tipos de fósiles.
Los fósiles se asocian generalmente con los huesos de los grandes dinosaurios reconstruidos en los museos. Sin embargo, hay una gran variedad de restos fosilizados. Los más conocidos son:

Fósiles de molde
Los restos originales han desaparecido, pero han servido de molde a los minerales.

Impresiones
Se dan cuando las partes planas de los vegetales, como las hojas, se imprimen en los sedimentos dejando su huella.

Réplicas
Se da generalmente con los huesos fosilizados. En ellos se produce una sustitución completa de las sustancias orgánicas por una sustancia mineral.

Huellas de actividad
Son un testimonio de cómo vivieron estos organismos. Se trata de huellas, excrementos fosilizados(coprolitos) o nidos de dinosaurios.

¿Qué es la paleontología?
Los paleontólogos son los científicos que estudian los fósiles. Su trabajo comienza con un viaje a las zonas en donde se supone que hay restos fosilizados. Allí hacen excavaciones para encontrarlos y desenterrarlos. Este trabajo de campo incluye recoger los fósiles, limpiarlos y embalarlos para su traslado.
Para que los paleontólogos puedan encontrar los fósiles, hace falta que el viento y las lluvias hagan su trabajo desenterrando alguna pieza y dejándola a la intemperie. Para hallar estos «tesoros» se necesita dedicación y también mucha suerte.
La mayoría de los hallazgos fósiles se producen en regiones conocidas como badlands, caracterizadas por ser extremadamente áridas debido a la gran erosión de sus terrenos. Por ejemplo, el cañón del Colorado, en EEUU, la Patagonia argentina y el desierto de Gobi, entre Mongolia y China.
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Buscadores de fósiles.
Desde los albores de nuestra historia, el hombre ha hallado enormes dientes y huesos fósiles y se ha formulado preguntas sobre las bestias a quienes pertenecieron.
Hace unos 1700 años, Chang Qu escribió sobre los «huesos de dragón» hallados en Wucheng, China; sin duda, restos de dinosaurios. En el siglo XIX, la colección naturalista se convirtió en una actividad de moda en Europa, y los fósiles fueron incluidos en exposiciones.
Muchas personas creían que los fósiles eran restos de seres que desaparecieron a raíz de Diluvio Universal descrito en la Biblia, sin embargo, algunos científicos deseaban obtener una explicación más objetiva.


Nombrando a los dinosaurios.
En la década de 1820, Gideon Mantell, médico de cabecera y entusiasta rastreador de fósiles del sur de Inglaterra, halló dientes y huesos que creyó pertenecientes a un lagarto gigante extinguido, al que bautizó con el nombre de Iguanodon.
Un año antes, otro experto conocedor de rocas y fósiles, William Buckland, había descubierto el hueso de la mandíbula y los dientes de otro enorme reptil extinguido, al que llamó Megalosaurus.
En 1833, Mantell estudió partes del esqueleto de otro reptil antediluviano enorme, Hylacosaurus.
Hacia 1841, el naturalista Richard Owen fue el primero en reconocer que estos animales no eran lagartos, sino que representaban a un grupo distinto de reptiles de una época pasada y del que no había supervivientes. Al año siguiente, ideó el nombre del grupo que ha perdurado hasta hoy, dinosaurios «lagartos terribles».
Paleontólogos famosos.
Aquellos dinosaurios misteriosos, enormes y feroces cautivaron rápidamente la imaginación del público. La búsqueda de fósiles se extendió por toda Europa, después, durante la década de 1860, por Norte América y, finalmente llegó a África en la década de 1900 y a China a partir de los años veinte. Desde 1970, Sudamérica y Australia han sido fuente de hallazgos sorprendentes.

Mary Anning
A fin de proporcionar fósiles para las exposiciones, algunas personas hicieron de la búsqueda de fósiles un modo de vida. A partir de la década de 1820, Mary Anning recogió restos de rocas del Jurásico de la costa sur de Inglaterra, donde halló numerosos y magníficos fósiles, sobre todo de reptiles marinos.

Richard Owen
Richard Owen era un eminente zoólogo especializado en el estudio de las semejanzas entre los distintos grupos de animales, la llamada anatomía comparada. Owen llegó a ostentar el cargo de director del Museo de Historia Natural de Londres. Fue el que bautizo a los reptiles gigantes como dinosaurios, que significa «lagartos terribles»

Paul Sereno
En todo el mundo, continúan haciéndose nuevos y emocionantes descubrimientos de fósiles de dinosaurios, más grandes, más pesados, más fieros o más antiguos. El paleontólogo norteamericano Paul Sereno ha propuesto una clasificación nueva de los dinosaurios y ha descubierto especies muy antiguas e interesantes tales como el Eoraptor o el Herrerasaurus.
La guerra de los huesos.
Los hallazgos de dinosaurios norteamericanos fueron impulsados en una primera etapa por dos coleccionistas, Othoniel Marsh y Eduard Drinker Cope. Desde 1877 y durante 20 años se convirtieron en enconados rivales en la carrera por encontrar y nombrar dinosaurios. Esta contienda dio como fruto el descubrimiento de más de 130 especies, la mayoría de ellas en tierras baldías rocosas del Medio Oeste norteamericano.
Marsh y Cope lidiaron su lucha durante los días del Salvaje Oeste norteamericano. Los equipos de ambos buscadores se espiaban mutuamente, saboteaban los suministros, asaltaban los campamentos, destrozaban los hallazgos e incluso depositaban fósiles falsos para confundir al rival.


Herramientas y técnicas.
Los instrumentos necesarios para excavar fósiles pueden incluir, en una primera fase, explosivos o una gran excavadora mecánica para retirar las toneladas de suelo y piedras que puedan cubrir las rocas donde se encuentran los fósiles.
El siguiente paso requeriría grandes picos, palas, martillos y escoplos para retirar los bloques de piedra más pequeños.
Cuando el fósil sale a la luz, se emplean instrumentos de mano, como leznas y paletas, para retirar los restos con mayor cuidado y no dañar o arrancar partes del espécimen.
En las fases finales, las más delicadas, se emplean herramientas todavía más pequeñas, como punzones y cepillos.
En cada etapa los operarios hacen anotaciones, diagramas, mediciones, bocetos y fotografías. Cada pedazo de roca se etiqueta para su posterior estudio en el laboratorio. Los especímenes frágiles se envuelven en escayola para reforzarlos y protegerlos.
Yacimientos de fósiles.
Descubre los principales yacimientos hallados en el mundo, enumerados por continentes.

Europa
Cuando los dinosaurios aparecieron en lo que hoy es Europa, este continente era desértico y tenía un clima muy cálido. Con el paso de miles de años, cuando el ambiente se volvió más tropical, surgieron especies como el Iguanodon y el Archaeopteryx. En España hay yacimientos de dinosaurios en Burgos, La Rioja, Soria, Cuenca, Lérida, Asturias y Aragón.
África
Millones de años antes de que el ser humano apareciera, el continente africano estuvo habitado por una amplia variedad de dinosaurios de todos los tamaños y formas, como el Kentrosaurus o el Spinosaurus.
África debió ser un continente con mucha vegetación y un húmedo clima tropical, sin desiertos como hoy.
Asia
Antes de saber que los fósiles encontrados eran de dinosaurio, hace más de 2000 años los chinos pensaban que eran de enormes dragones y creían que tenían misteriosos poderes.
En diversas expediciones al desierto de Gobi, se han encontrado asombrosas variedades de fósiles, como el Therizinosaurus.
Norteamérica y Sudamérica
Norteamérica es donde se halla el mayor número de yacimientos conocidos. Las especies mejor estudiadas se han encontrado allí. Entre ellas el Tyranosaurus Rex, que sólo se ha localizado en América del Norte. Los yacimientos más ricos en fósiles se encuentran en Utah, Montana, Wyoming, Dakota y Nuevo México.
A pesar de la abundancia de selvas en Sudamérica, la mayoría de los restos de dinosaurios se han encontrado en los desiertos, donde es mucho más fácil hacer excavaciones. Sobre todo se han descubierto fósiles en el sureste de Argentina, el sur de Brasil, en Perú, Chile, Uruguay y Colombia.
Australia
Aunque Australia forma una plataforma continental enorme, no se han encontrado demasiados restos de dinosaurios. Seguramente vivienron en Australia cuando la Tierra aún no se había dividido en continentes.
En Nueva Zelanda solamente se ha encontrado un solo hueso de dinosaurio, sin identificar.
Antártida
Debido a la escasez de tierra firme que hay en la Antártida, es peligroso excavar en su suelo. Aunque sólo se han encontrado dos fósiles, Ankylosaurio y Cryolophsaurus, es muy posible que haya muchos más bajo el hielo.